Cómo elegir una silla de ruedas para ancianosGracias al aumento de la
Información sobre movilidad, ayudas técnicas y otros recursos.
La silla de ruedas es cada vez más usada y permite el desplazamiento de personas con movilidad reducida. En esta página encontrarás toda la información que necesitas.
La silla de ruedas tanto manual como eléctrica es cada vez más visible en nuestras calles. Permite el desplazamiento de personas con movilidad reducida. Esta sección está dedicada a la silla de ruedas manual; si buscas información concreta sobre silla de ruedas eléctrica, pincha aquí.
En esta página encontrarás toda la información referente a tipos de sillas de ruedas, dimensiones silla de ruedas, materiales, accesorios, cómo elegir una silla de ruedas manual, etc.
Podemos definir silla de ruedas como una ayuda técnica para desplazarse que cuenta con tres o cuatro ruedas. Está concebida para aquellas personas con problemas serios de locomoción, movilidad reducida o que no pueden caminar durante largas distancias.
La silla de ruedas, como ayuda técnica, tiene el objetivo de remplazar las piernas de su usuario para desplazarse ofreciendo a la vez máximo confort. Las sillas para discapacitados deben ser cómodas para realizar las actividades de la vida diaria sentados y, a la vez, ser ligeras y fáciles de manipular para desplazarse.
La elección de los modelos de sillas de ruedas se hará en función de las capacidades físicas del usuario, así como de sus necesidades de comodidad o movimiento.
Vamos a describir brevemente los tipos de sillas de ruedas:
Se componen de un asiento con respaldo y ruedas laterales. El desplazamiento se hace mediante empuje manual. Pueden usarse en el interior del domicilio, en exteriores o de forma mixta. Son más ligeras que las sillas de ruedas eléctricas, pesando entre 10 y 20 kg.
Dentro de este tipo de sillas de ruedas, las hay plegables y fijas. Los modelos con asiento y respaldo plegable ocupan unos 25 - 35 cm de ancho una vez cerradas, haciendo más sencillo su traslado y ocupando menos espacio en el domicilio cuando no se usa. Lee este artículo con toda la información sobre sillas de ruedas plegables.
Dentro de las sillas de ruedas manuales tenemos dos tipos:
Estas sillas de ruedas incorporan aros alrededor de las ruedas traseras para que puedan ser propulsadas por el propio usuario. También pueden ser empujadas por el cuidador o acompañante.
Las ruedas traseras son más grandes que si no es autopropulsada y es ideal para personas independientes que puedan desplazarse con ayuda de sus brazos.
Solo pueden ser propulsadas por el cuidador o acompañante. Si buscamos una silla de ruedas pequeña para casa o trayectos cortos en la calle son una buena elección.
Si la silla de ruedas manual va a ser usada en exteriores, se recomiendan ruedas traseras grandes que nos faciliten subir rampas y bordillos.
Estas sillas son impulsadas por una fuente de energía eléctrica. Pueden ser de interior, de exterior o mixtas y de tracción delantera, trasera y total. Están concebidas para personas con severa dificultad para caminar, capaces de manejarlas tanto física como cognitivamente y que se desplacen en medias o largas distancias. Si quieres conocer más información sobre las sillas eléctricas pincha aquí.
Os dejamos un breve vídeo sobre cómo es una silla de ruedas manual básica.
Una vez explicado esto, lo verdaderamente importante será centrarnos sobre los otros parámetros de las sillas de ruedas.
Es imprescindible conocer las dimensiones de la silla de ruedas que necesitamos adquirir. Para ello nos fijaremos en la anchura del asiento, el fondo y la altura. A esto habrá que sumarle luego el espacio de las ruedas y las empuñaduras y obtener así las medidas sillas de ruedas totales.
Si estás pensando comprar una silla de ruedas para casa, lo ideal son las sillas de ruedas plegables y ligeras.
A modo de esquema, para hacernos una idea, las medidas generales de las sillas de ruedas manuales son las siguientes:
Ahora veamos con más detalle cada elemento:
La anchura silla de ruedas no se debe elegir al azar. Cuanto más estrecha sea la silla de ruedas para ancianos, por ejemplo, más manejable será y con más facilidad circulará por pasillos y estancias de la casa. Es importante saber cuántos centímetros necesita el usuario de la silla de traslado para estar cómodo incluso portando un abrigo; si la silla es demasiado estrecha, estará incómodo y puede incluso lesionarse las caderas o rozar con los reposabrazos, pero si la silla es demasiado ancha, el asiento se deformará antes de lo previsto y el sujeto no estará cómodo tampoco.
El ancho de asiento más usual es de 43 cm, ya que se ajusta a la mayoría de las personas. Asientos de entre 48 y 51 cm son para personas con más corpulencia, y de 38 a 41 cm, para personas muy delgadas y bajitas. Existen también sillas de ruedas XXL para personas con obesidad que van desde los 56 a los 112 cm.
Este parámetro suele ser menos importante, pero casi todas las marcas de sillas de ruedas proponen dos medidas diferentes. Elegiremos esta medida en función de la largura de nuestros muslos, el borde del asiento no debe molestarnos detrás de las rodillas y debe dejar espacio suficiente con las ruedas delanteras para hacer las transferencias.
En la actualidad, prácticamente todas las sillas de ruedas para mayores y discapacitados se pueden regular entre el asiento y el suelo entre 47 y 52 cm. La altura ideal es más o menos la misma que para otro tipo de sillas, lo que facilita realizar tareas en el entorno.
Si la persona es muy alta será conveniente un poco más alto para que sus piernas no queden excesivamente dobladas. Si queremos que la persona se desplace cortas distancias avanzando la silla con sus pies en el suelo lo regularemos algo más bajo para que llegue sin problemas al suelo.
El asiento de las sillas de ruedas manuales nunca está completamente horizontal, una pequeña pendiente, elevando más la parte delantera, nos permite colocar mejor la pelvis hacia atrás, que la columna repose y evita posibles caídas hacia delante.
Antes de comprar una silla de ruedas manual hay que saber el uso que se va a hacer de ella.
Poder inclinar el respaldo hacia atrás es muy cómodo cuando el individuo pasa largas horas en su silla, de este modo puede descansar y cambiar los puntos de apoyo. Si la silla de ruedas es meramente para desplazarse, no será necesario.
La silla de ruedas para personas mayores con sistema de inclinación será algo más pesada y tenderá a tener holgura con el paso del tiempo. Cuando la persona está con el respaldo hacia atrás, la posición de los brazos es menos natural y los movimientos se vuelven más difíciles. Recomendamos la silla de ruedas con respaldo reclinable solo para aquellas personas que pasan largas horas en la silla y necesitan descansar en diferentes posiciones.
Para una persona de talla mediana y hasta 1,85 m de altura, un respaldo de 40 cm de alto suele ser suficiente. Si la persona mide más de esto, habrá que buscar un respaldo más alto.
Recomendamos también un respaldo mayor si la persona tiene debilidad muscular importante en la zona de la espalda, ya que, si no, se inclinará continuamente hacia delante.
Veamos primero los materiales y las partes de las ruedas de la silla de ruedas:
Los aros son la zona donde el sujeto se impulsa para avanzar; se sitúan alrededor de las ruedas traseras. Pueden ser de aluminio, acero (que es más pesado pero resbala menos), titanio (muy ligeros), o recubiertos de plástico. Existen complementos para aros que se compran aparte para facilitar el agarre por parte de personas con poca movilidad en las manos.
En la parte trasera del respaldo de la silla, encontramos dos empuñaduras que permiten empujar la silla. La altura del respaldo condiciona la altura de las empuñaduras, pero si la persona va a ser llevada de manera asidua, debemos elegir aquellas que podamos regular cómodamente a la altura adecuada para empujar.
Los reposabrazos los encontramos prácticamente en todas las sillas de ruedas, pero puede haber personas, como deportistas que no los necesitan o no les resultan cómodos. En sillas para ancianos son indispensables para mayor confort y si es posible que sean acolchados.
Sirven para apoyar el antebrazo y disminuir así el peso sobre la espalda. Deben estar bien regulados y que al apoyarnos los hombros no queden ascendidos, para ello tendremos en cuenta la altura de la persona pero también si lleva cojín antiescaras y de qué grosor.
Muchos apoyabrazos son móviles y se pueden retirar para facilitar las transferencias, pero estos a veces no son regulables en altura.
En prácticamente todas las sillas de ruedas actuales podemos desmontar los reposapiés, lo que nos permitirá que la silla ortopédica ocupe menos espacio para, por ejemplo, entrar al ascensor.
La posición del reposapiés ideal es recto a 90º, pero se puede regular un poco la inclinación para mayor comodidad del sujeto. La altura de los reposapiés correcta es aquella que nos permite apoyar toda la planta del pie manteniendo la rodilla y cadera flexionada a 90º. Deben quedar al menos a 3 cm por encima del suelo.
Están fabricados en composite y podemos encontrar dos reposapiés con o sin cinta trasera (que no permite que los pies resbalen hacia atrás) o un solo reposapiés central (menos frecuente).
Por último, existen reposapiés elevables con sujeción en la zona de la pantorrilla. Son los que viene normalmente con las sillas de ruedas de respaldo reclinable para mayor descanso.
En las sillas de ruedas manuales, los frenos se usan prácticamente solo para dejar aparcada la silla, no para frenar por exceso de velocidad.
La mayoría de las sillas de ruedas autopropulsables y muchas no autopropulsables cuentan con frenos en las ruedas traseras que nos permiten parar el movimiento por completo. Este sistema de frenado puede resultar incómodo cuando es otra persona quien empuja la silla de ruedas, ya que deberá agacharse cada vez.
Por esta razón, se ven cada vez más sillas ortopédicas con sistema de frenado similar al de las bicicletas debajo de las empuñaduras traseras. Este sistema es ideal para sillas de ruedas de personas con movilidad muy reducida que siempre van a ser llevadas por alguien.
La silla de ruedas manual solo demanda un poco de cuidado y atención. Es importante un buen mantenimiento para alargar su vida útil lo más posible y en las mejores condiciones. Veamos algunos consejos fáciles de llevar a cabo:
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